17 sept 2009
And the chances are good
Hoy cuando estaba hablando con mi amigas del colegio, pensé que sería muy triste terminar el secundario. Triste porque dejaría de ver a mi curso. Es un grupo muy desorganizado y bardero (por las peleas internas que hubo siempre). Recién en tercer año me cambié al C, y tenía muchas amigas, pero no me importaba nada el grupo. En cuarto año tuvimos una competencia de murga uruguaya, y al principio no le daba importancia, no quería bailar ni nada. Y fue cuando unas compañeras preguntaron quién iba a ayudar a hacer el cabezudo y el estandarte del curso (era la semana antes del acto y la competencia) , y yo que no iba a hacer nada pensé "Algo tengo que hacer..." (además las chicas estaban en apuros) y me ofrecí a hacerlo o a ayudar. Entonces fue que empezó todo, un sábado estaba con dos amigas, ellas me acompañaron al colegio a hacer el cabezudo, y a partir de ese momento, me lo tomé en serio, me tomé en serio al grupo. Después pasada la semana, el día llegó, y estaba más nerviosa que mis compañeras que bailaban. Empezaron a bailar, yo ahí nomás, en el primer escalón de las gradas de la cancha donde estabamos. Grité mucho y sentí mucha euforia y felicidad. Si, realmente se sintió muy bien. Ya en quinto año, tuvimos varias discuciones, ya sea por el viaje, por la fiesta, por los disfraces, pero al final todo sale bien (de alguna manera jaja). Y sinceramente voy a tener un buen recuerdo de mis compañeros de curso, la murga, Bariloche (que fue increible !), y ya falta poco para la fiesta. Muchas gracias, los amo 5º C !
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario