Desde las calles azules de Buenos Aires
las lágrimas se vuelven aires de alegría y tristeza,
somos jóvenes que no entendimos
el significado de la muerte en absoluto,
cuando visualizamos banderas y barullo sentimos lo mismo
tratamos de entender, de observar críticamente, fríamente
pero esos aires vuelven y nos conmueven nos sensibilizan,
es gracioso pensar cuánto cambiamos,
también creíamos entenderlo todo
creíamos que eramos la respuesta, los descendientes
sentimos bastantes cosas, amamos, alabamos
pero al final siempre va a haber alguien
que va a pisarte y volverte diminuto,
somos fuertes y creemos en nosotros
creemos en el, en la canción, en el ruido,
el sentido que tiene un instante insignificante
para nosotros es, se vuelve un ideal
una sonrisa, un abrazo, una lágrima nos salvará
queremos vivir por siempre taciturnos,
porque así nos sentimos en casa
de alguna forma.
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